El aprendizaje automático utilizado para la gestión de almacenes ayuda a calcular de forma profunda y precisa los parámetros óptimos para cada artículo evitando el factor humano. Esto se traduce en una mayor precisión de los pronósticos, disminución del riesgo de falta de bienes, mayor volumen de la demanda satisfecha y la satisfacción general del cliente. Además, los algoritmos de aprendizaje automático permiten lograr un equilibrio óptimo entre los costos mínimos de almacenamiento (liberación de activos), pérdidas minimizadas debido a la falta de algunos artículos y costos minimizados de pedidos debido a los descuentos por compras en grandes cantidades.